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La relación entre el microbioma intestinal y el comportamiento

Científicos de la Universidad de Utah (Estados Unidos) se suman a la creciente evidencia de que los microbios que viven en los intestinos influyen en el comportamiento, lo que explicaría que el estreñimiento, la diarrea y el dolor abdominal acompañen las limitaciones sociales y los comportamientos repetitivos característicos de las personas con autismo (Médico, 2024).


Este avance, publicado en la revista Nature Communications, sugiere que es factible influir en la salud y el comportamiento a través de la manipulación controlada del microbioma intestinal.


"Creo que este es un paso realmente significativo desde el punto de vista terapéutico, porque ahora podemos comenzar a desarrollar una terapia con organismos que sabemos que son seguros", comentó la Dra. June Round, microbióloga de la Universidad de Utah (U of U Health) y líder del estudio.


De acuerdo con Álvarez et al. (2021) el cuerpo humano está poblado por miríadas de microorganismos en toda su superficie y en las cavidades conectadas con el exterior. Los colonizadores microbianos del intestino (microbiota) son parte funcional y no prescindible del organismo humano: aportan genes (microbioma) y funciones adicionales a los recursos de nuestra especie, y participan en múltiples procesos fisiológicos (desarrollo somático, nutrición, inmunidad, etc.). Algunas enfermedades crónicas no transmisibles de la sociedad desarrollada (atopias, síndrome metabólico, enfermedades inflamatorias, cáncer y algunos trastornos de la conducta) se asocian a disbiosis: pérdida de riqueza de especies en la microbiota intestinal y desviación del entorno microbiano ancestral. Los cambios en la transmisión vertical del microbioma, el uso de antisépticos y antibióticos y los hábitos dietéticos de la sociedad industrializada parecen estar en el origen de la disbiosis. Generar y mantener diversidad en la microbiota es un nuevo objetivo clínico para la promoción de salud y la prevención de enfermedades.


Los conocimientos alcanzados en el último decenio en estudios experimentales en ratones y la aplicación de sus resultados en humanos, sobre el papel del eje bidireccional microbiota-intestino-cerebro y sus relaciones con el equilibrio y desequilibrio de la microbiota intestinal, argumentan la posible participación del eje referido en el neurodesarrollo, afectación cerebral y neuromodulación y en especial en trastornos de conducta, como el espectro autista y otras afecciones analizadas (Carlos & Carlos, s. f.).


Referencias:

Álvarez, J., Real, J. M. F., Guarner, F., Gueimonde, M., Rodríguez, J. M., De Pipaon, M. S., & Sanz, Y. (2021). Microbiota intestinal y salud. Gastroenterología y Hepatología, 44(7), 519-535. https://doi.org/10.1016/j.gastrohep.2021.01.009


Carlos, C. G., & Carlos, C. G. (s. f.). Microbiota intestinal y trastornos del comportamiento mental. http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-75312020000200016


Médico, I. (2024, 15 mayo). Nuevas evidencias demuestran la relación entre el microbioma intestinal y el comportamiento. IM Medico. https://www.immedicohospitalario.es/noticia/46056/nuevas-evidencias-demuestran-la-relacion-entre-el-microbioma-intestin.html




 
 
 

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